El luchador Milón de Crotona fue el campeón de los Juegos
Olímpicos en siete ocasiones seguidas. Todas las mañanas, Milón
tomaba una ternera, la alzaba sobre su cabeza y recorría el
establo. A medida que crecía la ternera, también aumentaban las
fuerzas de Milón. Cuando la vaca alcanzó el peso adecuado, la
colocó en el altar de Altis, la mató de un puñetazo en la
cabeza, la hizo asar y se la comió entera.
Era famoso por su glotonería, porque comía siete kilos y medio
de carne y ocho kilos de pan cada día, regados con unos quince
litros de vino.
Murió mientras intentaba arrancar un árbol cuyo tronco estaba
medio cortado y sujeto con unas cuñas; el forzudo intento
derribarlo, las cuñas se escaparon y el tronco lo aplastó contra
el suelo. Cuando encontraron su cadáver, los lobos ya habían
dado buena cuenta de él.
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